martes, 14 de agosto de 2007

LA ESENCIA DEL LENGUAJE

El Concepto del lenguaje

Como tantas otras palabras, también el vocablo lenguaje se emplea en varios sentidos. Así por ejemplo, hablamos del lenguaje de las flores, del abanico, del de señales de tráfico y, naturalmente, del lenguaje humano, entendiendo por éste último el conjunto de signos articulados por medio de los cuales se comunican las personas de cualquier raza o cultura. En cualquiera de las acepciones aludidas se entiende por lenguaje un conjunto sistemático de signos que permiten un cierto tipo de comunicación. Ciertamente, todas estas clases de lenguaje pueden explicarse por medio del lenguaje humano articulado. La palabra lenguaje se aplica también a la manera de comunicarse o expresarse los animales. De un modo análogo, el mismo concepto de lenguaje se entenderá mejor al estudiar los conceptos que le son afines.

No es preciso poner de relieve las limitaciones de los sistemas de señales que, bajo muchos conceptos, pueden compararse con el lenguaje propiamente dicho. Son importantes, en este sentido, los que, como el de banderas, abarcan un campo expresivo especialmente amplio. Sin embargo, igual que otros a que nos hemos referido ya más arriba, también estos pueden reducirse, en último término, al lenguaje articulado o propiamente dicho. El llamado lenguaje de los animales –o, mejor dicho, los lenguajes de las especies animales- ofrecen especiales problemas que no vamos a tratar de resolver en este capítulo preliminar. En diversas ocasiones –por ejemplo, al tratar el origen del lenguaje y, después, al referirnos a las funciones del lenguaje- tendremos en cuenta las características de estos lenguajes y, particularmente, su relación con el lenguaje humano. Desde ahora, con todo, debemos afirmar que no se posee un conocimiento muy seguro de esta clase –o estas clases- de lenguaje.

Volviendo ahora al tema del lenguaje humano articulado en sus características esenciales hay que partir del hecho de que dicho lenguaje se manifiesta, por una parte, en una pluralidad de lenguas y, por la otra, y dentro de cada una de ellas, por una pluralidad de signos fónicos, organizada de un modo más o menos sistemático, por medio de los cuales el hombre se comunica normalmente con sus semejantes, dentro de los límites espaciales y temporales que impone la existencia de múltiples lenguas o dialectos. Hablamos ahora de signos en un sentido provisional –más o menos común y corriente- puesto que en uno de los capítulos que siguen se trata de este tema en toda su complejidad o, por lo menos, la que permite el carácter de una obra como al presente. Ahora bien, tal como veremos entonces, los signos lingüísticos son esencialmente arbitrarios –o sea, no responden necesariamente a la naturaleza de las ideas o cosas significativas- y están sujetos a cambios, como todas las instituciones humanas, en el proceso dinámico de la historia.

Una definición universalmente válida del lenguaje ha sido –como ocurre con conceptos de esta naturaleza- repetidamente intentada, sin resultados plenamente satisfactorios.

Tomado de: J. ROCA – PONS. El Lenguaje. Editorial Teide. Barcelona. 1975.

TENDENCIAS DEL ESTUDIO DEL LENGUAJE

Desde los griegos hasta la primera mitad del siglo XX, predominó la enseñanza de la gramática tradicional. Los ejercicios frecuentes eran el análisis sintáctico basado en la oración y la lectura de modelos literarios.

La enseñanza gramatical enfocaba el aprendizaje de la lengua de una manera teórica, normativa y memorística. Era una tendencia, cuya principal preocupación era la pureza idiomática. Se creía que aprendiendo reglas gramaticales y recitándolas de memoria se adquiría el dominio de las habilidades comunicativas.

Esta gramática ignoraba la diversidad lingüística, los cambios, la variedad de usos y las situaciones comunicativas. Además, el estudio se fundamentaba en autores literarios y en la lengua escrita, como modelo para ser imitado oralmente.

Con la llegada del estructuralismo se produce un cambio. Se abandona el afán normativo del estudio y aparece la gramática descriptiva que se propone explicar el funcionamiento del sistema de la lengua. El estructuralismo clásico intenta estudiar las constantes de la lengua para extraer principios generales: la estructura verbal, los elementos que la componen y sus relaciones (paradigmas y sintagmas).

Ferdinand de Saussure establece las diferencias entre lenguaje, lengua y habla y determina que lo esencial para el lingüista es el estudio de la lengua y no del habla, es decir, el sistema lingüístico con su carácter estable. Su principal objetivo es, pues, el estudio de la fonética, la sintaxis y el léxico, en otros términos, la lengua como sistema. Además, introduce las nociones de diacronía y sincronía, según se observe a través del tiempo o se haga la descripción en un momento determinado. De modo que se progresó en el nivel de calidad científica del análisis lingüístico, pero la enseñanza continuó siendo básicamente gramatical.

En 1957, surge en Estados Unidos la gramática generativa transformacional, con la publicación de Estructuras Sintácticas de Noam Chomsky. Este lingüista considera que el significado del lenguaje está dado por la estructura de la lengua independiente de su uso, es decir, el significado de una oración aparece en la mismo. De modo que se hace hincapié en la sola expresión lingüística, sin contar con el contexto en que se produce.

De otra parte, Chomsky considera que el lenguaje tiene como función principal la de expresar el pensamiento. De este planteamiento se desprende que las leyes que rigen el lenguaje se encuentran en el hablante, como resultado de una creación interior e individual.

Tomado de: PEREZ GRAJALES. Nuevas Tendencias de Composición Escrita. Cooperativa Editorial Magisterio. 1999. Bogotá.

TALLER:

1. Leer los textos: “LA ESENCIA DEL LENGUAJE” y “TENDENCIAS DEL ESTUDIO DEL LENGUAJE”.
2. Investigar la biografía de los lingüistas: Ferdinand de Saussure y Noam Chomsky.
3. Averiguar sobre: Competencias Comunicativas: lingüística, argumentativa, cognitiva, pragmática, textual, literaria, audiovisual, ideológica.